En un pasado usé mis desafíos personales para coger impulso, los desmonté uno por uno para quedarme con lo que me interesaba y se podía transformar, y lo que no, lo tiré a la basura.
Viví demasiado tiempo con miedo a sentir y a expresar, el miedo ya no está en mi lenguaje. Las etiquetas, los patrones heredados, la genética, las ideas limitantes las hice piececitas pequeñas y monté un luminoso que ponía LA VIDA ES CHULA. Me negué en rotundo a un cartelito de limitada, YO SOY CIUDADANA DEL UNIVERSO Y NO CONOZCO FRONTERA.

En resumidas cuentas entendí que en nuestro paso por esta existencia los obstáculos son la escuela de la vida, la que te enseña que tú eres mucho más que ese desafío, que tus sueños siguen estando ahí. Emocionarse con la vida no es suficiente para salir a vivir. Todos tenemos en nuestro interior una sensación de fe, de actitud positiva, de alegría... Existe en todos esa sensación de que la vida es emocionante, que es mucho más simple. Todo eso lo sabemos y nuestra intuición nos lo dicta. Pero para llevarlo a cabo, para materializarlo en la vida necesitamos crear unas raíces.

Esas raíces a las que se agarra esa emoción de vivir simplificando se llaman Fundamentos Universales, y se llaman Fundamentos Individuales, y han de ser descubiertos, creados y diseñados por cada uno de nosotros.
VIVIR MOLA cuando tú has decidido tus motivos para ello

Y esos fundamentos son los que nos hacen salir con buenas raíces, con buenas bases, con los pies en el suelo a vivir de verdad una vida muy chula.