Hábitos Espirituales: Cómo Vivir en el Presente y Encontrar la Paz Interior

POR OLGA MARIA Fernandez Arellano
18/12/2025

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Los hábitos espirituales ni te dan ni te quitan, ni te hacen mejor o peor. Su uso trata de ayudar a liberarte de todo lo que te aleja de la verdad de lo que ya eres y de lo que la sabiduría de tu ser conoce.

 

Muchos «egos espirituales» hemos juzgado con comentarios crueles que parece que ahora está de moda lo energético, consciente... y lo hemos hecho por miedo, porque antes era algo a disposición de unos pocos individuos y ahora ha pasado a ser una necesidad humana imprescindible. Pido disculpas y me perdono por la poca consciencia de que esta expansión de personas dedicadas y usuarias de lo holístico es un grito humano interior que sale a la
luz y no una moda.

 

El alma de la sociedad pide un despertar y la energía nos lo entrega. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar el cómo y la forma de algo tan necesario?

 

Yo tengo claridad en que LA QUIETUD INTERIOR es imprescindible para desarrollar nuestra parte espiritual que todos somos. Siento que sin quietud interior pierdes el contacto contigo mismo y, por tanto, te sientes perdido en el
mundo. Por esto siempre insisto en mis libros, terapias y cursos en que uno debe aprender a estar con uno mismo, a saber ser buen compañero de vida para sí. Para la práctica de la quietud interior, mi recomendación es siempre un estilo de vida donde haya espacio para el silencio y la observación.

 

Porque cuando te estás dando cuenta de tu silencio no piensas, y cuando estás en observación sin juicio, eres consciente pero no estás pensando. En la quietud encuentras la creatividad, los siguientes pasos en tu vida y la solución a los problemas; la inteligencia divina se encuentra en ella. La inteligencia divina, del SER, es la energía que debería dirigir tus palabras y tus acciones. La reconoces porque viene de la paz interior y de la plenitud del ser. Para hallarla, aquiétate, observa y escucha activamente. En mi primer libro Vivir Mola: Simplifica tu vida y disfruta yo te hablo de este tiempo de silencio como parte de un estilo de vida con claridad y paz interior.

 

Nuestra propia condición humana nos lleva una y otra vez a estar perdidos en el pensamiento. Para mí esto es la espiritualidad: estar por encima de la condición humana de vivir presos de nuestros pensamientos. Si uno entrena y obtiene la capacidad de reconocer que los pensamientos que pasan por la mente son solo pensamientos, y que uno mismo es el testigo de sus mecanismos mentales y emociones reactivas, es en ese instante donde uno saca su lado espiritual porque es consciente de lo que ocurre en sus pensamientos y emociones.

 

¿Por qué nos agarramos con tanta fuerza al pensamiento? ¿Por qué nos identificamos tanto con lo que pensamos y sentimos? Tenemos la creencia errónea de que el pensamiento en sí mismo contiene una verdad inmutable. Como lo pienso, lo doy por cierto. Mi conjunto de pensamientos son mis creencias, y si son sociales son dogmas.

Las personas amamos nuestros pensamientos y dogmas sociales; incluso vivimos y matamos por ellos porque somos presos de ellos. El motivo es que nos dan una falsísima seguridad, una emoción totalmente errónea.

 

Para mí esto es la espiritualidad: estar por encima de la condición humana de vivir presos de nuestros pensamientos.

Si uno entrena y obtiene la capacidad de reconocer que los pensamientos que pasan por la mente son solo pensamientos, y que uno mismo es el testigo de sus mecanismos mentales y emociones reactivas, es en ese instante donde uno saca su lado espiritual porque es consciente de lo que ocurre en sus pensamientos y emociones.

 

¿Por qué nos agarramos con tanta fuerza al pensamiento? ¿Por qué nos identificamos tanto con lo que pensamos y sentimos? Tenemos la creencia errónea de que el pensamiento en sí mismo contiene una verdad inmutable.
Como lo pienso, lo doy por cierto. Mi conjunto de pensamientos son mis creencias, y si son sociales son dogmas.

 

Las personas amamos nuestros pensamientos y dogmas sociales; incluso vivimos y matamos por ellos porque somos presos de ellos. El motivo es que nos dan una falsísima seguridad, una emoción totalmente errónea.

Este proceso pasa para uno mismo y en los mecanismos de socialización con otros. Por lo que cuando nos relacionamos con otros, si reducimos nuestro vínculo a dar por verdadero lo que pienso y siento sobre él, estamos haciendo al otro preso de otra creencia que no cuestionamos.

 

¿Qué más ganamos con la quietud, la observación y el silencio? Aprendemos a vivir en un estado de «no saber». Es decir, va más allá de los mecanismos humanos de la mente, que ella siempre tiene la tendencia a concluir e interpretarlo absolutamente todo. ¿Por qué? Porque tiene miedo de no saber.

 

Entrenar la capacidad de no saber... pero fíjate en la libertad que uno adquiere con esto: LA HABILIDAD DE VIVIR SIN QUERER CONTROLARLO TODO, con la verdad interior de que es una falsa sensación la de la mente que cree que está controlando algo.

 

La mente humana no solo siempre busca alimentarse de un falso control, también busca alimentar sus ansias de saber quién es, IDENTIDAD. Porque así garantiza su existencia y se recrea por ahí. No nos juzguemos demasiado por esta cualidad humana; usemos mejor ese tiempo para observar en quietud que hemos creído que somos de una determinada manera por una mente condicionada por el pasado y obsesionada por subsistir en el futuro. Ese es el
egoísmo real del que muchas veces hablamos y criticamos de otros. Todos lo padecemos.

 

Es mediante tus hábitos espirituales como reconoces que hay una voz en la mente que pretende que lo que dicta seas tú y que nunca deja de hablar. Liberarte de esto comienza en la consciencia de ti mismo posicionando la
atención detrás de esta voz y mente. La mente no para, siempre está buscando, y busca constantemente ser más
compleja. Por esto siempre está preocupada por el futuro. ¿Dónde está la solución? En la observación constante de uno mismo, y cuando me pillo pensando en el futuro, me rescato y me traigo al presente. Cuando prestas más atención a lo que haces y no a los resultados futuros, te aseguro que eso ya es un hábito espiritual, sin necesidad de misticismos.

 

Además, la sensación de plenitud y alegría solo es real cuando viene de la consciencia del presente, de uno mismo.

Mantente testigo de tu estado interno; darte cuenta es lo único que debes hacer, una y otra vez, siempre. La transformación viene siempre de la repetición constante de esta consciencia.

 

Todo lo que hemos visto hasta ahora nos lleva a otro hábito espiritual, y es DEJAR DE QUERER LLEVAR RAZÓN EN TODO. ¿Por qué tu mente quiere llevar razón? ¿Qué es llevar razón? Llevar razón es que mis pensamientos son los ciertos y los tuyos erróneos.

 

Mi mente quiere ser superior a la tuya no por ser mejor, por pura supervivencia. Si tiene razón, ella sobrevive, eso cree. Como te crees que eres lo que piensas, pues luchas por llevar razón. Así mantienes la ilusión estúpida de que eres quien crees que piensas y como piensas. Llevando razón solo estás alimentando una falsa ilusión.

 

Otro hábito espiritual: SOLTAR LOS CONFLICTOS. La mente humana de nuevo cree que para sobrevivir necesita conflictos, indignaciones y batallas que luchar. El motivo es que eso la separa de otros humanos y garantiza la falsa ilusión de ser más fuerte porque piensa diferente; entonces sigue alimentando la mente falsas ilusiones. Es lo que llamamos una mente separada, porque se cree que así garantiza su existencia.

 

Añade SOLTAR LA CULPA como otro hábito espiritual, que es el mismo propósito que tiene la mente con los conflictos. Y siguiendo con soltar, suma el hábito de SOLTARTE DE LA META. No se trata de no ponerte metas. Debes saber que conseguir la meta en sí no te hará sentirte satisfecho; la mente cree que es más importante y se garantiza la
supervivencia si consigue esa meta. Márcate metas, sabiendo que alcanzarlas en sí no te da nada. El momento presente que vives en el camino hacia la meta es el significado en sí y la única acción que da satisfacción.

 

Estamos con esto hablando del AHORA. ¿Comprendes ahora por qué la mente está en el pasado y futuro?

 

No quieras escapar de tu ahora, es el único sitio real, te resulte cómodo o incómodo, es la única realidad. SENTIRTE CÓMODO EN EL AHORA, SABER MOVERTE EN EL PRESENTE, es el hábito espiritual más poderoso, porque constituye la base de todo, es SABER VIVIR EN MÍ, CONMIGO. En el presente no manipulo porque permito que lo que es sea. Yo te diría entonces que generes un tipo de vida donde te hagas amigo del MOMENTO PRESENTE y lo honres constantemente.

 

Déjame que te ayude a profundizar en esto, lee con atención: LA MENTE HUMANA ESTÁ TAN PENDIENTE DEL FUTURO (por falsa supervivencia) QUE TRATA AL PRESENTE COMO UN OBSTÁCULO O DESAFÍO EN SU VIDA. Con lo cual vive en constante desafío, ansiedad, descontento, alterada, malhumorada, desagradecida, juiciosa... El AHORA le estorba y no sabe vivir literalmente. Esto es una forma disfuncional de vivir la vida que tienen todos los humanos y que sin observación y quietud de que hacemos esto, nos estamos boicoteando
constantemente.

 

¿Y cómo entrenas esta nueva forma tan prometedora de vivir? Empieza por sentir lo que pasa dentro de ti, contemplarte. No te opongas a lo que sucede ni dentro ni fuera. Lo habrás escuchado mil veces que las prácticas espirituales aceptan todo lo que es dentro y fuera. Y te deseo de todo corazón que llegue un momento de tu vida en que puedas conectar con la sensación de que el ahora no es lo que ocurre en sí, es el espacio donde ocurre, un espacio del que solo tú puedes ser consciente.

 

Una vida con hábitos espirituales no puede darse sin PAZ. La paz es un estado natural del ser. ¿A quién les has entregado el poder de que te quite lo que es tuyo? En realidad nadie te quita lo que es tuyo, sino que se lo entregas, más o menos consciente.

 

Queremos la paz interior y para ello ponemos como humanos que somos todos los esfuerzos en reordenar las circunstancias y realidades de nuestra vida. La paz está en lo que uno es, en querer observar y aceptar quién eres. Y como siempre, desde ese DARSE CUENTA, sin odiarme ni despreciarme, es donde surge la libertad y la paz.

Una vida con hábitos espirituales no es algo que se consigue u obtiene, no necesitas un futuro para alcanzarlo. Quien busca algo necesita un futuro; quien tiene la certeza de que YA ES, NO NECESITA MÁS TIEMPO PARA SER QUIEN YA ES.

 

NO NECESITAMOS TIEMPO PARA SER LO QUE YA SOMOS.

 

La mente grita: «Dame más tiempo para ser más rico, más feliz, más sabio, más...». Que no necesitas tiempo, solo tienes que ser. Vive siendo consciente. ¿Sigues pensando que esto es difícil, y por tanto que lo difícil quizás no es posible para ti? Déjame que te ayude con esto. ¿Puedes ver lo doloroso y sufrido que es cuando internamente y mentalmente te opones a lo que es? Ten quietud y observación, SOLO DATE CUENTA de la emoción de sufrimiento.

 

Cuando te rindes a darte cuenta de que eres tu mente oponiéndote a lo que es, te comienzas a preguntar quién cree de nuevo que no puede sobrevivir si no tiene el control. SOLTAR LA GUERRA INTERNA.

 

¿Comprendes por qué te cuesta tanto rendirte? Porque la mente siempre está en modo supervivencia diciendo que no a aceptar y soltar; ella cree que moriría y se debilitaría. La magia de la vida es esta: que cuando tu mente se rinde y deja de exigir que todo sea como ella cree que debe ser, todo es más satisfactorio y reconectas
con la paz interior que ya eres. DEJA DE DISCUTIR CON LO QUE ES, PERO NO LO HAGAS PORQUE ES EL
CAMINO AL CAMBIO O LA MEJORA, hazlo sin agarrarte a la meta, como hemos dicho antes.

 

Aceptar lo inaceptable para tu mente, esa es la clave. Y vamos al mayor miedo de todos: ¿si no dirige la mente, aunque sea con sus pensamientos limitantes, quién lo va a hacer? Cuando vives dándote cuenta puedes usar esa inteligencia divina, y esa es tu intuición que puede fluir como en muchas ocasiones le has permitido. Esas ocasiones que has sabido que sin saber estabas haciendo lo correcto.

 

Todo esto nos lleva a otras cuestiones como: ¿qué hacemos con quienes su mente, su función principal en la vida es ser un desgraciado y hacerlo mismo en la vida de los demás, o pretender hacerlo? Aceptar también esto. Querer
verlo y aceptar su nivel de consciencia, y ser consciente de que esto forma también parte de la vida.

 

Y para los que aún se resistan, las mentes que sigan sin querer rendirse, toma este mantra como estilo de vida: ACEPTO INCLUSO LO QUE NO ACEPTO.

 

¿Y cómo empiezas con todo esto? Usa el mayor don que la naturaleza te ha dado, LA RESPIRACIÓN; dirige la atención a tu respiración, sin modificarla, y date cuenta de que no eres tú quien respira. La respiración es natural, es de la sabiduría del ser. A través de ti la sabiduría divina toma consciencia de sí misma, lo que eres siempre ha estado ahí. Haz tiempos de silencio, a solas contigo. Inicialmente resulta incómodo, pero con la práctica resulta un espacio interno muy pacífico. Es un lugar donde tu yo no es ni tu nombre ni la forma de tu cuerpo, donde tu yo es tu SER.

 

Observa en tus encuentros contigo mismo qué ocurre cuando dejas que las sensaciones sean.

 

Espero este sea el bonito principio de una vida para ti con hábitos espirituales llenos de claridad y bien aterrizados a tierra.

 

Te deseo la libertad de ser.


Olga

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