El Poder del Perdón: Guía Práctica para Liberarte de la Culpa y Encontrar la Paz Interior
POR OLGA MARIA Fernandez Arellano
04/01/2025
¿Para qué debería perdonar o perdonarme por algo? Porque la culpa es una emoción oculta que crece como un monstruo de dimensiones infinitas al servicio del ego.
Este artículo de blog no es para las partes de ti que no quieren perdonar ni escarbar en qué se sienten realmente culpables, es para la otra parte a la que la vida le duele en mayor o menor medida y quiere paz. Para esa estoy escribiendo hoy sobre esto.
Soy experta en ayudar a las personas a transformarse desde la fuerza de su corazón, a recuperar su poder personal, y no es que yo haga magia, es que les recuerdo y acompaño en el camino de reconectar con lo que ya son. El perdón forma parte de lo que también somos.
Perdonar no es peligroso, ni denota un carácter de inferioridad… te diría que es de sabios y pertenece a la cualidad de la abundancia.
La culpa que tienes sobre tus hombros o la que le has echado a otro pesa mucho y hace mucho daño, y si te fijas, da igual quién la sostenga, que te sigue limitando en la vida como un gran freno invisible.
No hay necesidad de seguir sufriendo, date permiso para perdonar y perdonarte.
"Me doy permiso para entregar y entregarme el perdón, estoy a salvo y seguro haciéndolo".
¿Por qué deberías seguir leyendo este artículo? Porque cuando leemos la verdad de lo que somos, se produce un efecto espejo y toda la luz y el amor que realmente somos va tomando protagonismo. Es la mejor manera de soltar la lucha contra el ego; a él no es a quien hay que convencer, a quien tenemos que recuperar es a nuestro poder interior.
No es nuestro ego quien tiene que tomar la decisión ni tomar el poder, no gastemos tiempo en convencerle ni en darle razones. Fue él quien inventó el problema y quien se distrae buscando la solución. Y ahí se pasa el tiempo de tu vida si a tu parte de luz no le das su poder y la orden de que se haga cargo de todo.
"Me doy permiso para perdonar"
"Yo soy inocente"
A lo largo del blog te voy a poner decretos para que los puedas trabajar, ya sea porque los respires en cada chakra, porque los grites hasta el cielo o porque quieras meditar con ellos. Son tuyos, son de la luz que eres y te pertenecen.
¿Qué hay que hacer primero? Comprender que es nuestro ego quien emitió el juicio contra otro o uno mismo. Vivimos emitiendo condenas, creemos que comentar por comentar no hace daño y sí lo hace, y nos hace.La primera práctica diaria que hemos de aplicar es dejar de juzgar a diario y, al terminar el día, hacer el ejercicio de perdonar y perdonar.
Castigamos y condenamos por un motivo: tenemos una percepción y creencias diferentes y la forma de reaccionar, en lugar de aceptar lo que sucede, es emitiendo un juicio que lo condena. Cuando lo que vemos, sentimos y escuchamos no es equivalente a nuestro sistema de creencias, lo juzgamos en lugar de hacer una sencilla observación de la realidad, aceptar la que es sin emitir ningún juicio.
Me juzgo porque no acepto lo que soy y juzgo porque no acepto lo que es. Es una falta de humildad querer ver lo que es y no lo que mi ego tiene como expectativas, que es lícito que las tenga porque él se formó como efecto rebote de nuestros miedos y puntos ciegos.
"Yo puedo aceptar lo que es, estoy a salvo y seguro"
"Yo puedo perdonar cada día porque en realidad todo es una ilusión, no hay nada que perdonar"
Perdonar trata de elegir qué tipos de pensamientos tengo en mi cabeza, qué decido rumiar. Podemos elegir qué pensar, tenemos ese don y lo usamos muy poco.
"Yo puedo elegir, yo soy capaz"
Perdonar requiere más ejercicios: dejar de esperar que nadie te salve y dejar de esperar que nadie cambie, venga a pedirte perdón o que el pasado cambie. Y esto de nuevo no se consigue desde el ego, porque el ego inventó todas estas ilusiones y está demasiado enfrascado en buscarles solución. Esto se consigue desde recuperar el poder personal interno y no evitar la dolorosa transición de dejar de esperar que todo lo anterior pase.
"Yo estoy a salvo y seguro dejando de esperar"
Todos tienen un ego como nosotros por lo que no somos más inocentes que ellos ni mejores, pero lo que sí podemos elegir es ser libres y, por tanto, concedernos desde nuestro valioso poder el fin del sufrimiento interior.
¿Cómo podemos perdonar a alguien con quien hemos tenido guerras y nos sale en piloto automático defendernos incluso antes de que nos ataque? Dejando de esperar que cambie, que nos pida perdón y poniendo con la acción y la actitud cuáles son las líneas claras que no puede atravesar nunca más, dejando claro cuáles son las normas internas que tú pones en esta nueva forma de relacionarnos.
La culpa o culpabilidad, la única forma de tratarla para evitar el juego inconsciente de pasarla de uno a otro es transformarla. Yo te recomiendo el trabajo con el chakra del plexo solar, uniendo las dos manos y haciendo giros sobre él (en el sentido que quieras) y haciendo decretos de transformación como un alquimista. Es recuperar el poder personal de la alquimia y dejar de negar la ira y la culpa que sostenemos.
"Yo transformo la culpa en paciencia"
"Yo transformo la culpa en inocencia"
"Yo transformo la culpa en valentía"
"Yo transformo la culpa en paz interior"...
Perdonar es un acto íntimo que nadie entenderá que lo hagas. No es un tema que el ego de los demás vaya a apoyar ni vayan a aplaudir, es una batalla interna que no tiene aplausos de la audiencia. Nadie que no haya experimentado la misma libertad va a animarte a que perdones o te perdones.
El perdón es sacar al maltratador o abusador de la cabeza. Cuando hemos sido supervivientes de cualquier tipo de abuso físico o emocional crecemos y el abusador no vive físicamente con nosotros, pero su tipo de frases, sus interpretaciones dañinas, la culpabilidad interior... se han quedado. El maltratador vive dentro de nosotros si no lo despedimos, si no lo perdonamos definitivamente sabiendo que la mente necesitaba esa droga y tenerlo como adicción a emociones del pasado, pero que ya no lo necesitamos. Nosotros nos concedemos la libertad, porque sacamos al maltratador de la mente con el acto de perdón y eligiendo recuperar el poder personal que siempre estuvo allí antes de que el maltratador viniera.
Para perdonar necesitamos una acción consciente constante y muy activa, un empoderamiento que ilumine y reactive todas las partes de luz y amor que somos que están más dormidas, debemos devolverlas a la vida y a tomar el poder.
Hay otro ejercicio en el perdón y es hacer una lista e ir uno por uno de la parte de personas que quieres perdonar para tu liberación, qué cosas, materiales o no, e incluso a Dios. Nuestro niño interior en la infancia sufrió como todos, no te creas la sensación de especial que da el ego. En esa infancia por supervivencia creamos formas ilusorias de protegernos, e inventamos creencias de cosas que son malas (ejemplo: el dinero me separó de mi padre, crecer te separa de la familia...) o "Dios me rescatará". Tú eres las manos de Dios, no estás en manos de Dios. Y claro, inconscientemente no viene como tu ilusión infantil imaginó que lo haría, aunque tú esto no recuerdas, y lo culpas de no venir a tu rescate, sigues esperando, y a la vez te culpas porque crees que hay algo malo en ti para que no venga.
De nuevo tenemos una ilusión que culpa y que a la vez se hace culpable a sí mismo.
La culpa está porque es naturaleza humana, y nuestra liberación está en transmutarla en libertad y paz interior. Negarla y no hacer nada no hará que se esfume.
Recuerda que perdonar requiere que te vayas repitiendo constantemente que puedes estar a salvo y seguro en la nueva emoción de paz interior; es nueva, el cuerpo emocional naturalmente duda, ayúdalo con decretos y luz a tu niño interior.
Perdonar no es olvidar y dejar que nos vuelvan a hacer daño, es desarrollar como forma de vida el no juicio y elegir qué quiero tener en mi mente, recuperar el poder personal que le di a otro.
Ahora vamos a insistir en el autoperdón. Un temazo que tiene relación con todo lo dicho anteriormente y es que se queda en la mente un castigador del comportamiento constante que lo hace con uno mismo si no le cortas las alas.
Lo primero es entender que esto es muy propio del humano, y lo aceptamos como humanos. Y lo segundo es volver a querer ver que es una proyección del ego y que es una ilusión. Todos cargamos con la ilusión de que deberíamos haber hecho más felices a nuestros padres por haber nacido de ellos, de que algunos debíamos haber sido un niño en lugar de una niña, de que eran infelices por nuestras travesuras, de que no pudimos salvarlos de sus amargas vidas... Todos cargamos con la culpa de no prosperar más que nuestros hermanos y amigos, vaya que se sientan mal. Todos cargamos con la culpa de no haber sido todo lo que las expectativas de nuestros adultos pusieron en nosotros. No son reales, no teníamos que hacer nada de eso, no era nuestra función... y no basta con saberlo, hay que trabajarlo muchísimo porque saber no es suficiente, hay que integrarlo y vivir lo que duele cortar los lazos de apego a la culpa.
Somos adictos a la culpa como a otras emociones y el cuerpo a diario segrega esas emociones porque desde la infancia lo tiene integrado. Lamento decirte que desengancharse de algo es muy duro, pero la muerte lenta de la droga no lo es menos.
¿Te estoy diciendo que elegimos la culpa y otras emociones negativas adrede? Sí.
A un mismo estímulo diario que nos hace daño, mediante la observación y la consciencia podemos darle una respuesta diferente. Puedo elegir ser consciente, dejar de negar, de esperar e ir dando respuestas diferentes a lo que el inconsciente hace.
En alguna parte leí que no perdonar es creer que el pasado se puede cambiar y estoy totalmente de acuerdo, no sé tú. La cuestión es que cuanto más avanzo en la vida en comprender y dejar de negar la cantidad de ilusiones falsas y creencias que hace la mente, más fácil me resulta dejar de ser adicta a la culpa, autoculpa, victimismo... Es una cuestión de entrenar la autoobservación, pero también de un grito interno de querer dejar de sufrir por cosas que no existen ni existieron. El sufrimiento es mental porque tenemos la obsesión absurda de creer que el pasado se puede cambiar o interpretar de otro modo menos sufrido. Ya está bien de tanto enganche a vivir sufriendo.
"No pude hacerlo mejor en el pasado, ni hace cinco minutos, porque no era consciente, soy inocente"
"Rumiar el pasado es una ilusión del ego para tenerme distraído y sacarme del presente"
Nos duele el presente porque arrastramos el pasado. Tenemos un personaje interno llamado ego con mucho miedo y dolor adicto a esas emociones que no quiere soltar la angustia, pero también tenemos un ser de luz que sale siempre que lo llamas, pero hay que llamarlo, ese es nuestro libre albedrío del que tantos hablan.
Nos hemos identificado tanto con el ego que no sabemos quiénes seríamos sin él, es un miedo oculto terrible. ¿Quién serías y cómo serías si vivieras en plena paz interior? Te recomiendo le dediques papel y lápiz a esto.
Perdonar nos regala una visión más amplia de nosotros mismos y nos lleva a ver cuántas expectativas tenemos, falta de humildad y exigencias escondidas. Las tenemos, no seamos absurdos, y es lícito porque la experiencia humana es así. Cuando puedes ver esto de ti sientes una emoción extraordinaria de ver que realmente todos son inocentes y estaban cargados de batallas internas que causan sus comportamientos dañinos. Esto te lleva a un siguiente nivel en el que puedes amar el alma del otro, dejarle claro cuáles son las normas para tratar con su ego y que no lo juzgas pero cumplirás las normativas de amor propio para que su ego no se sobrepase.
No es suficiente con poner tiempo y distancia, hay que poner acción consciente de perdonar.
"Te libero y me libero"
No le voy a dar muchas más líneas a este tema porque con lo que hemos visto es suficiente para hacer y estar dispuesto a hacer. Como siempre, si quieres ayuda individual con esto tienes mis sesiones individuales en las que nos pondremos manos a la obra con tu amor propio y tu felicidad.
Aquí te dejo a modo de cierre un ejercicio de alquimista maravilloso que vas a necesitar si das el paso:
FASES DEL PERDÓN ELEVADO (visualizando la persona que se quiera perdonar y repite en voz alta)
1 - TE PERDONO
2 - TE PIDO PERDÓN
3 - TE DOY LAS GRACIAS
4 - ME PERDONO POR HABER PROYECTADO TODO ESTO
5 - NO HAY NADA QUE PERDONAR, SOLO DESPERTAR DE ESTE SUEÑO
Olga Fernández